• Título:  EFECTO DE LA ADMINISTRACIÓN DE OXITOCINA ANTES DEL ORDEÑO EN VACAS LECHERAS SOBRE LA EFICACIA PRODUCTIVA Y DE LA REPRODUCCIÓN
• Autor:  GHEZLI, ABDERRAHMANE
• Universidad:  Universidad de León
• Departamento:  Sanidad animal
• Fecha de Lectura:  12/07/2012
• Programa de doctorado:  Sanidad Animal y Reproducción
• Dirección: 
  • ÁLVAREZ NOGAL, PEDRO JOSÉ (DIRECTOR)
  • Dominguez Fernandez de Tejerina, Juan Carlos (DIRECTOR)
• Tribunal: 
  • PRIETO FERNANDEZ, JULIO (PRESIDENTE)
  • ALONSO DE LA VARGA, MARTA ELENA (SECRETARIO)
  • Miró Roig, Jordi (VOCAL)
  • PELÁEZ GARCÍA DE LA PUERTA, JESÚS (VOCAL)
  • PÉREZ GUTIÉRREZ, JOSÉ FELIX (VOCAL)
• Descriptores: 
  • FISIOLOGIA VETERINARIA
  • BOVINOS
  • REPRODUCCION ANIMAL
  • PATOLOGIA VETERINARIA
• Localización:  BIBLIOTECA UNIVERSITARIA SAN ISIDORO
• Resumen:
  Este trabajo se proyectó con el fin de evaluar en vacas lecheras lactantes el efecto de la administración de oxitocina a dosis no terapéuticas sobre los rendimientos reproductivo y lechero de estas hembras, cuando de forma sistemática se las inyecta hormona exógena a lo largo de la lactación. Tradicionalmente ha venido recurriéndose a la administración de oxitocina a las vacas cuando presentan dificultades al ordeño, que las impide la evacuación completa de la ubre en el transcurso del mismo (¿vacas de difícil ordeño¿), o bien, cuando se trata, sin más, de incrementar la producción diaria de leche a costa de provocar la salida de la leche residual. Se realizaron tres experimentos (I, II y III) sobre un total de 394 vacas Holstein pertenecientes a ocho granjas de la Cooperativa AFRIVEPA (Santa María del Páramo, León). En el Experimento I se emplearon 144 vacas tomadas de cinco de las granjas, la mitad de las cuales (72) fueron escogidas por su dificultad al ordeño, no siendo este el caso de la otra mitad que hacen por tanto las veces de vacas control a efectos comparativos. A las primeras se las inyecta vía intravenosa 2 UI de oxitocina inmediatamente antes de iniciarse cada uno de los dos ordeños diarios, así a lo largo de la lactación. Las vacas control no reciben tratamiento alguno. En ambos grupos poblacionales se evalúan, por un lado, índices reproductivos (intervalo parto-primera inseminación, intervalo parto-concepción, índice de concepción e intervalo entre partos), la incidencia de enfermedades reproductivas (abortos, metritis, retención placentaria y quistes ováricos) y la evolución del puerperio (involución uterina, reinstauración de la ciclicidad ovárica y fecundidad a la primera inseminación posparto) y, por otro lado, aspectos cuantitativos y cualitativos de la producción (producción de leche, porcentaje de grasa y de proteína y recuento de células somáticas). La inyección de oxitocina no ejerce influencia significativa alguna (P>0,05) sobre ninguno de los parámetros reproductivos evaluados, aunque parece observarse una cierta tendencia a la disminución de la aparición de quistes ováricos en las vacas tratadas, tendencia que sí alcanza significación estadística en los otros dos experimentos. Tampoco los parámetros productivos parecen verse influenciados, pero podemos convenir que se trata de una respuesta en principio aparente y que las vacas de difícil ordeño responden positivamente a la inyección de oxitocina y gracias a ello ven aumentada su producción diaria de leche hasta aproximarse a la de las vacas control, lo que explica la falta de significación estadística entre tratamientos. En el experimento II la oxitocina se inyectó -misma dosis, vía, cronología y duración- sistemáticamente a todas las vacas lactantes (102) de una nueva granja, haciéndose el seguimiento y la medición de los mismos índices y parámetros del experimento anterior. Los resultados se comparan con los de las vacas (84) de otra granja distinta a las que no se aplica ningún tratamiento. En el ámbito reproductivo la única influencia significativa (P<0,05) se observa en la incidencia de quistes ováricos, pero es imposible interpretar éste y todos los demás resultados sin tener en consideración el más que probable solapamiento de efectos, el debido al tratamiento propiamente dicho y el llamado efecto granja. Así las cosas, el incremento detectado en la producción diaria de leche en las vacas tratadas (P<0,05) se explica por la acción estimulante de la oxitocina en cuanto hormona capaz de provocar la salida de la leche residual en vacas de fácil ordeño, en consonancia con las observaciones de otros autores. Si como parece, la administración continuada de oxitocina a lo largo de la lactación es efectiva en la fase media y final de la misma, dotando de mayor persistencia a la curva de lactación y a partir de aquí elevando el rendimiento lechero total, es lógico que la producción media diaria de leche se vea igualmente incrementada. El Experimento III se lleva a cabo sobre un total de 64 vacas de una granja diferente a las utilizadas en los experimentos anteriores, a las que se administra oxitocina -misma dosis, vía, cronología y duración- durante toda una lactación, pero se las deja sin tratamiento durante la lactación siguiente a fin de utilizar como control los datos resultantes, datos relativos a los parámetros reproductivos y productivos. Al igual que en los experimentos precedentes, el intervalo parto-primera inseminación no varió entre tratamientos, lo cual es lógico habida cuenta de la estrategia reproductiva implantada en todas las granjas, la inseminación a tiempo fijo tras el programa de sincronización de celos (GPG) puesto en marcha una vez transcurrido un período de espera voluntario de 40 días, lo que anula la posible influencia de la oxitocina sobre el intervalo parto-primera inseminación. El empeoramiento del índice de concepción en las vacas recibiendo oxitocina es lo que acarrea el alargamiento del intervalo parto-concepción y del intervalo entre partos consecutivos (P<0,05), un empeoramiento cuya raíz puede estar en el alto grado de estrés sufrido por las vacas como consecuencia de las inyecciones continuadas de oxitocina. Este mismo factor estrés puede estar detrás de la elevada incidencia de abortos. Por alguna razón, las vacas de este experimento muestran un elevado recuento de células somáticas en leche, cuestionando el estado de salud de las ubres y haciendo pensar que, como han comprobado otros autores, la presencia de mamitis anula o interfiere la respuesta positiva de la producción de leche a la oxitocina. Por otro lado, la similitud de producciones entre las vacas de uno y otro grupo sugiere que las vacas tratadas no han desarrollado, a pesar de la aplicación continuada de oxitocina, estados de insensibilización a la endógena liberada espontáneamente en la lactación siguiente. Siempre y cuando la oxitocina se inyecte a niveles bajos, alejados de los correspondientes a las dosis terapéuticas, la aplicación de esta hormona se muestra efectiva para impulsar la salida de la leche que queda retenida en la ubre de las vacas catalogadas de difícil ordeño y también la de la leche residual que sistemáticamente permanece en el interior de la glándula mamaria de las vacas aún mostrando una buena aptitud al ordeño. Una práctica de manejo ésta que puede implantarse sin riesgo de que el rendimiento reproductivo de las hembras se vea especialmente afectado, menos aún cuando pasadas las primeras semanas de aplicación de la hormona exógena, en que las vacas pueden sentirse especialmente agitadas y nerviosas, la inyección en sí misma deja de actuar como agente estresante.