• Título:  "TRES NOVELAS INMORALES. LA ESTÉTICA DECADENTE EN ENRIQUE GÓMEZ CARRILLO"
• Autor:  García Sánchez, Elsa
• Universidad:  Universidad de Salamanca
• Departamento:  Literatura española e hispanoamericana
• Fecha de Lectura:  17/04/2015
• Programa de doctorado:  VANGUARDIA Y POSVANGUARDIA EN ESPAÑA E HISPANOAMÉRICA
• Dirección: 
  • NOGUEROL JIMÉNEZ, FRANCISCA (DIRECTOR)
  • Escudero, Xavier (CODIRECTOR)
  • GONZÁLEZ IGLESIAS, JUAN ANTONIO (CODIRECTOR)
• Tribunal: 
  • GARCÍA MORALES, ALFONSO (PRESIDENTE)
  • PÉREZ LÓPEZ, MARÍA ÁNGELES (SECRETARIO)
  • Portela Lopa, Antonio (VOCAL)
• Descriptores: 
  • HISTORIA DE LA LITERATURA ESPAÑOLA
  • HISTORIA DEL ARTE DE LOS SIGLOS XIX Y XX
  • ANALISIS LITERARIO
  • ESTILO Y ESTETICA LITERARIOS
• Resumen:
  La tesis titulada "Tres novelas inmorales. La estética decadente en Enrique Gómez Carrillo", ha pretendido, por encima de todo, revalorizar la producción novelística de este autor pues, aunque en los últimos años han comenzado a surgir aproximaciones de mayor o menor envergadura a su obra, ésta carecía de un análisis exhaustivo desde un enfoque intertextual, que la insertara como corresponde en los presupuestos de la estética finisecular. La trilogía que analizo está compuesta por "Bohemia sentimental" [redactada en 1898 y publicada un año después], "Del amor, del dolor y del vicio" [1898] y "Pobre clown" [1900]. La estética decadente signa unas novelas que captan la atmósfera de los cenáculos literarios de París en las postrimerías del siglo XIX. Los personajes que deambulan por sus páginas muestran la frivolidad propia de quienes disfrutan de una vida marcada por la idea de espectáculo, cuya amarga realidad emerge cuando baja el telón, como ponen de manifiesto las pinturas de Toulouse-Lautrec, Picasso o Degas. Gómez Carrillo, conocedor de estos ambientes, nos ofrece así las claves para comprender la posición del artista en el marco de la Modernidad. En primer lugar, ha sido necesaria una aproximación al concepto de Decadentismo desde un punto de vista teórico, movimiento que confluye con otras manifestaciones literarias como el Romanticismo agonizante, el Realismo, el Naturalismo, el Modernismo o el Simbolismo. El ocaso de antiguas civilizaciones, las creencias de carácter mítico-religioso y la concepción de un tiempo de irreversibles ciclos vitales favorecen el pesimismo que invade el periodo. Es el eudemonismo que preconiza la muerte y que Alma-Tadema evoca en "Las rosas de Heliogábalo" (1888), recientemente expuesto en el Museo Thyssen-Bornemisza. Metodológicamente, se me impuso así un enfoque teórico desde el campo de la mitocrítica para profundizar en la raigambre clásica de la literatura finisecular. Gómez Carrillo presenció el cambio de siglo en Europa, enclave que le hechizó y que marcó el tono de sus obras. Sin embargo, no debemos olvidar su origen guatemalteco, contexto en el que se forjó su sensibilidad artística junto a autores como Rubén Darío. Por ello es necesario acudir al concepto de Modernismo, tema sobre el cual versan innumerables ensayos. Debido a esta proliferación de estudios sobre el mismo, mi objetivo no ha consistido en aportar nuevas interpretaciones sobre el movimiento, centrándose mi interés en destacar su génesis y presupuestos, así como su relación con el Decadentismo. El fin de siglo se caracteriza por el progreso iniciado por la Revolución Industrial. Un detallado análisis de las coordenadas socio-económicas de este periodo revela la situación marginal del artista, cuya labor es incomprendida desde criterios pragmáticos. Esta postura converge cronológicamente con la Generación del 98 española y su pesimista reflexión sobre el momento que le tocó vivir, vínculo probado por la correspondencia que mantuvo Unamuno con Gómez Carrillo. El intelectual opta así por refugiarse en la belleza y adscribirse a la "religión del arte". Así, el héroe decadente enarbola la máxima del "arte por el arte" para combatir el utilitarismo emergente. Sin embargo, y como queda demostrado a lo largo de este trabajo, esta actitud debe ser entendida como una forma de desafío ante la realidad hostil y no como un modo de evasión. En "Tres novelas inmorales", como en la mayor parte de los escritos de Gómez Carrillo, se refleja la atmósfera artística y decadente del Fin de Siglo. Junto a los escenarios parisienses que él frecuentó, retrata a los personajes que habitan en ellos. Sus obras, por consiguiente, son protagonizadas por artistas y escritores perfilados como dandis, mujeres fatales, "donnas angelicatas", bohemios y androides. Todos ellos tratan de subsistir en un medio hostil a sus ideales, en el que domina el positivismo y pragmatismo filosófico fomentado por la industrialización. Ahondar en estos individuos decadentes implica desentrañar las estrategias que adopta para superar su angustia vital, como los estupefacientes y sus consecuentes paraísos artificiales, las máscaras y sus poses afectadas. Así, epatar al burgués o, como decía explícitamente Unamuno, "dejar turulato al hortera", cobra un alcance y significación fundamentales para el desarrollo de la figura del artista. La actitud del escritor ha sido tratada en los siguientes apartados en relación a su producción literaria. La imposibilidad de alcanzar el ideal se traducirá en la pereza considerada endémica en los tipos decadentes. Frente al abandono y la desidia, autores como Gómez Carrillo, Balzac o Baudelaire optan por una obsesiva dedicación al trabajo. Sin embargo, el empeño por encontrar la palabra exacta a menudo conlleva el inevitable desengaño sobre el trabajo realizado. Esta coyuntura nos ha llevado a reflexionar sobre el tema de la inefabilidad del lenguaje, fundamental en la historia de la literatura. La frustración abre una nueva vía de investigación hacia el agotamiento de la palabra, que se deconstruye como fiel reflejo de la descomposición social sufrida en el período decadentista. Esta reflexión apunta ya a las teorías del arte y a la estética de la recepción que analizan el sentido de la no-obra, como constatan el arte conceptual o el "minimal art". Tras exponer los diversos tipos y actitudes vitales presentes en las novelas de Gómez Carrillo, he indagado en sus consecuencias: la miseria, el "spleen" y el "mal du siècle". Ha sido necesario, por tanto, profundizar en estos conceptos para comprender la proliferación de textos marcados por el pesimismo y la melancolía. Una observación minuciosa me ha permitido, asimismo, esclarecer el alcance y significado de estas letras, cuya esencia será compartida por la estética elegante y distinguida de la Nouvelle Vague. Esta amalgama de factores se refleja lógicamente en los aspectos formales de estas obras. El apartado de estrategias retóricas, por consiguiente, reviste gran importancia en una investigación de esta índole. Los modernistas ejercieron una renovación del lenguaje que evidencia su fascinación por la belleza, concepto que es revisado y que debe entenderse en la línea de tradición romántica. La preocupación por capturar la fugacidad de su tiempo, ya manifestada por Monet y otros impresionistas, se traduce en los diálogos rápidos, nerviosos y entrecortados característicos de "Tres novelas inmorales". Gómez Carrillo fue un aventajado en la experimentación que tuvo lugar en el campo de la novela a principios del siglo XX. En sus obras trata, por ejemplo, de reconstruir el discurso del pensamiento y del sueño en un estado previo a la codificación verbal, vislumbrando ya las técnicas narrativas que autores como James Joyce perfeccionarían más adelante. Por otra parte, el complejo entramado social de la ciudad, en oposición a la naturaleza sublimada por los románticos, representa el foco de perversión generado por el progreso tecnológico. Esta aproximación antropológica hizo necesario un análisis sobre el diseño de los núcleos urbanos en el siglo XIX desde la perspectiva de la geocrítica. En relación a la intertextualidad en "Tres novelas inmorales", he enfatizado la abundancia de referencias a artistas vinculados con la estética decadente. Gómez Carrillo exhibe de este modo su erudición al mismo tiempo que desvela sus fuentes y preferencias. Aunque el propósito de este trabajo es esencialmente literario, se ha impuesto un enfoque interdisciplinar para aglutinar las distintas artes en grandes núcleos conceptuales. Estas referencias abren el campo de análisis y nos han proporcionado una visión íntegra y enriquecedora del periodo de entresiglos, constituyéndose, junto a la bibliografía consultada, en uno de los aspectos de este trabajo más destacables. No se trata, por tanto, de agotar una reflexión, cerrada y localista, sino de proponer una visión universalizante sobre el movimiento, dado el carácter sincrético del decadentismo hispanoamericano. Se abren, por consiguiente, nuevas líneas de investigación que evidencian el diálogo entre épocas, culturas y autores.